*La familia de Don José Valverde, el más ferviente seguidor del Club Puebla fallecido en febrero, mantiene la tradición de la Porra Pepe Grillo.
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- La afición por el Puebla ha estado en la familia Valverde por más de 70 años, un sentimiento que derivó en la fundación de la porra ‘Pepe Grillo’, con la que han recorrido prácticamente todo el país siguiendo al equipo. Ya sea en un coche, en una van o en un autobús, todo con tal de no dejar solos a sus camoteros en terrenos rivales.
Don José Valverde, conocido como Pepe Grillo por el gusto que tuvo en la infancia por Cri Cri, fue un frenético seguidor de la Franja prácticamente desde su fundación en 1944 cuando sus primeros pasos los dieron en el extinto parque España que luego se convirtió en el Parque El Mirador. Ahí fue cuando comenzó a desplazarse a los encuentros de visita en su camioneta acompañado de un grupo de amigos.
“Mi papá iba a los juegos en el parque España, ahí empezó con sus amigos a viajar a los partidos. Él se dedicaba al transporte urbano, tenía una camioneta en la que los llevaba y así surgió la porra familiar Pepe Grillo”, dice José Francisco Valverde Rendón, quien continúa con la tradición de la Porra Familiar Pepe Grillo.
Don José representaba al aficionado apasionado, pero respetuoso de sus rivales, a los que en lugar de insultos o agresiones, regalaba camotes para endulzarles el paladar y el alma, deseándoles éxito en el partido, aunque su mayor anhelo siempre era que el Puebla ganara.
Por ende, su fallecimiento el pasado 11 de febrero a los 86 años de edad, significó la partida de uno de los seguidores más trascendentes en la historia del equipo, pero eso no está ni cerca de ser la desaparición de la tradición que él formó ni de la pasión que le heredó a su descendencia.
En el futbol, los colores se inculcan y para muestra está José Francisco, que, copiando el ejemplo de su progenitor, tiene 40 años gozando y sufriendo por su escuadra. Entre sus incuantificables viajes, de los más especiales los ha vivido en el actual torneo, ya que después de un año de estadios cerrados por la pandemia, organizó con la porra familiar los traslados a Pachuca, San Luis y Torreón.
“Mi papá sigue apoyando al Puebla desde el cielo”, son las palabras del encargado de que el legado de Pepe Grillo siga prevaleciendo y que ha aprovechado la reapertura de los estadios en el país para hacer lo que más le gustaba a su papá, viajar y estar presentes en los juegos de sus camoteros fuera de la Angelópolis.
Y ahora ya se viene la tercera generación de los Pepe Grillo, los nietos de Don José, los hijos de José Francisco, quienes mantienen la tradición camotera de la familia, sin importar la edad ni la lejanía.
“Mis hijos también son aficionados del Puebla, tengo uno de siete y otro de veinte años, él está ahorita en Barcelona y me marca para preguntarme cómo va, qué resultados tiene y sobre todo cuando viajamos a los de visita. En mi familia todos son libres de irle al equipo que quieran, pero todos somos del Puebla”.
Los Valverde son la gran muestra de lo noble, comprometida y entregada que es la afición de la Franja, esa que más que nadie merece saborear la gran actualidad del equipo y que tiene el derecho de ilusionarse con ver a sus jugadores volver a levantar el trofeo de campeón, tal y como lo vio Pepe Grillo en 1983 y 1990.